Bruxismo, el hábito involuntario de apretar y rechinar los dientes de forma inconsciente
Se estima que un 20% de la población sufre bruxismo, un problema que consiste en el hábito involuntario de apretar y rechinar los dientes de forma inconsciente, y que incide de forma negativa en la calidad del sueño impidiendo el descanso nocturno.
Aunque generalmente se ha asociado el bruxismo al estrés, la principal causa de bruxismo se encuentra en una mala oclusión dental (por la mala colocación de los dientes) y por la inestabilidad de la mordida, que también puede tener su origen en la mala oclusión. «Es cierto que la tensión en el ritmo diario incide en el problema, pero generalmente estamos ante pacientes que tienen un problema de alineación en sus dientes y/o en su mordida, lo que dificulta el correcto funcionamiento del juego que tiene que hacer la mandíbula para abrir y cerrar, degenerando en otro tipo de problemas, como el bruxismo».
Según indica el doctor Malagón, “el paciente que acude a la consulta con bruxismo presenta desgaste en los dientes y suele referir dolor en la zona facial, generalmente muscular, de oídos y en la zona cervical». Al ser un hábito inconsciente «son los demás los que suelen advertir el problema al oír el rechinamiento que produce el rechinar de los dientes durante la noche, en el caso del bruxismo nocturno. Si no, somos los especialistas los que detectamos el desgaste excesivo de las piezas en las revisiones».
«Hoy en día contamos con múltiples soluciones para este problema». Lo más importante es atacar la raíz del problema. En los casos en los que el origen está en el estrés, hay que hacer frente a la causa de esa tensión. En los casos en los que el bruxismo tiene su origen en una mala oclusión provocada por la mala alineación de los dientes «contamos con todo tipo de soluciones de ortodoncia para alinear los dientes de forma correcta con una interferencia mínima en la estética de los pacientes, como la ortodoncia invisible».
Además, en la generalidad de los casos «elaboramos férulas de descarga, unos protectores dentales que se realizan de forma personalizada para cada paciente y que liberan la tensión en la zona, a la vez que evitan el apretamiento y rechinamiento de los dientes. Se trata de una especie de fundas elaboradas de resina transparente, muy cómodas, a las que el paciente se habitúa rápidamente y que no interfieren en el descanso».
Bruxismo en los niños
Hay una variedad de bruxismo que afecta también a los niños, «que los especialistas llamamos bruxismo infantil. Afecta a niños entre los 6 y los 10 años, coincidiendo con la caída de los dientes de leche y la salida de los definitivos. En esta etapa los niños aprietan los dientes sobre todo de noche y en realidad se trata de una forma natural de desarrollar la dentición y estimular el desarrollo muscular y óseo de los huesos de la cara».
Sin embargo, si detectamos que nuestro hijo sufre bruxismo nocturno, debemos acudir a un especialista «para controlar el posible desgaste que puede ocasionarle en las piezas dentales o inflamación en la mandíbula, ocasionados por una presión excesiva». En general es un proceso fisiológico que tiende a desaparecer con la dentición permanente «pero es importante hacer un seguimiento de los efectos que este hábito natural puede tener sobre su boca y sus dientes».
Este proceso hay que diferenciarlo de momentos puntuales de estrés para el niño y que también pueden desencadenar bruxismo infantil, como pueden ser el inicio de la etapa escolar, un cambio de domicilio o de escuela, en estos casos, a demás del seguimiento de los efectos que puede tener sobre sus dientes, hay que ayudar al niño a procesar el origen del problema.
Fuente: www.ivanmalagonortodoncia.com