Mamá Framboise, el alma dulce de Platea
La pastelería será el punto de encuentro de “los golosos” dentro de Platea Madrid, uno de los proyectos gastronómicos más ambiciosos de la capital.
Tras alcanzar el éxito con su pastelería de aires franceses de la calle Fernando VI, Mamá Framboise continúa evolucionando y presenta un nuevo espacio de aire industrial, urbano y cosmopolita, dedicado a la alta pastelería artesanal. Un espacio joven y dinámico que transportará a los más golosos a las entrañas de una fábrica de dulces ambientada por una amplia oferta cultural y de ocio.
Desde que hace tres años abriera sus puertas en el barrio de Las Salesas de Madrid, Mamá Framboise se ha convertido en una de las pastelerías de referencia de la capital. Con una filosofía basada en la dedicación, amor y respeto por la pastelería, Alejandro Montes, creador y Chef Pastelero de Mamá Framboise, consigue crear una pastelería que recupera el romanticismo gastronómico del dulce. Inspirado por los recuerdos de su infancia, trabaja siempre bajo una premisa fruto del éxito de Mamá Framboise: emplear ingredientes naturales de primera calidad y recuperar los sabores, frescura y sencillez de la pastelería.
Con este mismo espíritu pero con un concepto renovado, Mamá Framboise inicia un nuevo proyecto en Platea Madrid, donde ofrecerá en exclusiva la oferta gastronómica dulce. Su nuevo local de espíritu underground, diseñado por Angie Socías Fernández – Coppel y Christian Dorin de Dorin & Coppel, nos traslada al Nueva York de principios del s.XX. Un espacio amplio, cómodo y dinámico donde deleitar la vista y el paladar. Este gusto por los pequeños placeres de la vida, es lo que ha impulsado a Mamá Framboise a unirse a Platea Madrid.
Construido sobre el antiguo pasaje Carlos III de Colón, Platea Madrid ofrece una propuesta gastronómica única en la capital. Una amplia variedad de propuestas nacionales e internacionales, especialidades delicatesen y gourmet que podrán ser degustadas en un ambiente sofisticado y versátil. Una revolución en el ocio gastronómico que permite desayunar, comer o cenar escuchando música o asistiendo a una función teatral. Un espacio multiuso de 6.000 metros cuadrados donde poder degustar unas tapas, sentarse a la mesa de un restaurante estrella Michelín o adquirir productos gourmet para llevar a casa.