Decálogo para proteger nuestra piel del frío
Hace semanas que la mayoría de nuestras poblaciones están soportando temperaturas bajo cero, y la Academia Española de Dermatología lo deja muy claro: el frío es uno de los factores que más perjudica la buena salud de nuestra piel.
Dentro de los factores asociados a la Navidad que afectan de forma negativa a la piel están el frío, el viento, la humedad, los cambios bruscos de temperatura ambiental o la sequedad producida por algunas calefacciones con excesivo calor, principalmente las de aire caliente.
Consejos para que nuestra piel llegue a la primavera tal y como llegó al otoño:
1. Durante los meses de diciembre y enero hay que hidratar todo el cuerpo, pero especialmente la cara y las manos, ya que son las partes más expuestas a las bajas temperaturas.
2. No abusar de las duchas y baños de agua caliente ya que, aunque se agradecen, perjudican la epidermis y son malos para la circulación. Además, tras la ducha se aconseja terminar siempre con un chorro de agua fría, sobre todo en las piernas.
3. Hay que usar cremas protectoras para el sol, especialmente en las estaciones de esquí o cuando se juega con la nieve. En zonas nevadas el sol es aún más peligroso para la piel y los labios que en verano, porque los rayos solares se reflejan en la nieve y se potencia el daño.
4. Evitar el contacto con tejidos sintéticos cuando se desarrollan cuadros como dermatitis atópica o psoriasis.
5. En cuanto a las palmas de las manos, conviene mantener una humectación permanente con cremas, evitar los lavados frecuentes con jabones muy agresivos y el uso exagerado de alcohol en gel.
1. Nunca hay que olvidarse del cuidado de los labios, muy dañados por el frío. Es recomendable usar protectores labiales con protección solar y sobre todo evitar humedecerlos con saliva cuando estén secos, porque aunque en un primer momento aporta una sensación de alivio, después produce una irritación y sequedad aún mayores.
1. Evitar ropa o calzado no transpirable o irritante.
1. No abusar del jabón y asegurarse de que siempre se usa el apropiado para cada tipo de piel. Se recomienda que sean suaves, neutros y no agresivos.
1. Los pacientes con piel seca, sensible o enfermedades cutáneas que empeoran en invierno deben procurar aumentar la humedad ambiental de la vivienda o lugar de trabajo. Esto se puede conseguir mediante humidificadores, sistemas de humidificación ambiental o simplemente con la colocación de toallas húmedas en radiadores, focos de calor, etc.
10. En la alimentación deben predominar los vegetales y no se debe abusar de azúcares y grasas saturadas. Es conveniente también tomar dos litros de agua al día, realizar actividad física, consumir antioxidantes locales y generales como el té verde o las frutas.
Fuente: Clínica Doctor Ayala