La postura corporal: el lenguaje corporal influye en lo que pensamos, en cómo actuamos e incluso en cómo sentimos
La postura corporal: el lenguaje corporal influye en lo que pensamos, en cómo actuamos e incluso en cómo sentimos. Es inimaginable la importancia que puede tener una buena postura en el devenir de nuestra vida. De hecho, algo tan simple como trabajar para cambiar dicha postura puede cambiar literalmente nuestra vida.
¿Por qué es importante el lenguaje corporal?
Emitimos juicios rápidos basados en el lenguaje corporal y en la postura, y esos juicios pueden traer decisiones posteriores como por ejemplo a quién contratamos para un trabajo o a quién elegimos para salir a tomar algo.
Algo más importante: el lenguaje corporal influye en lo que pensamos, en cómo actuamos e incluso en cómo sentimos.
Entonces, ¿cuáles son las expresiones que te pueden dar seguridad y una actitud de certeza, poder, belleza y dominio? ¿Cuál es la postura cuando una persona cruza la meta y gana? Se trata de la expansión: te haces más grande, tomas espacio y básicamente te abres y levantas la cara. ¿Y que hacemos cuando nos sentimos sin poder, sin seguridad, sin certeza, asustados o cuando no nos sentimos atractivos? Nos cerramos, nos envolvemos, nos hacemos pequeños y no queremos tropezar con los de al lado.
El doctor Pouramini explica cuál es el comportamiento de algunos de los asistentes a sus charlas y seminarios: “La gente con éxito y confianza se abre más, ocupa más espacio, levanta la cara, levanta la mano para preguntar. En cambio hay otras personas que virtualmente empequeñecen al llegar”. Además, el doctor ha observado que “las mujeres se suelen sentir un poco menos poderosas que los hombres, por su naturaleza y por tener menos testosterona, cuando está comprobado que los líderes suelen tener más niveles de testosterona y menos de cortisol en sangre”. Lo importante es que “las mujeres pueden aprender a parecer más poderosas mediante un cambio en la postura corporal”.
Un estudio que corrobora lo anterior
Científicos e investigadores hicieron en el laboratorio un pequeño experimento. Mujeres y hombres tímidos asumieron posiciones y posturas de poder durante dos minutos al día, mientras otro grupo de personas tomó posturas corporales de miedo y timidez.
Los resultados sobre el grupo de los que mantuvieron posturas de poder dice que:
1. Apostaron en un 86% de las veces, mientras el otro grupo lo hacía sólo en un 60% de las ocasiones.
2. Hay un incremento del 20% de la testosterona en la gente que tomó posturas de poder. En cambio las posturas débiles provocaron una disminución del 10%.
3. El grupo con la postura poderosa experimenta un 25% de disminución de cortisol mientras los más débiles un aumento del 15%.
La conclusión es obvia: cambiar tu postura, aunque sea dos minutos al día, afecta a tu sistema nervioso y el cerebro segrega hormonas que te puede hacer sentir más seguro.
Las expresiones no verbales marcan el concepto que tenemos de nosotros mismos, y con eso podemos cambiar nuestra mente y además nuestro comportamiento.
Para terminar, el doctor destaca que “practicando cinco minutos al día, cogiendo estas posturas se pueden conseguir cambios vitales en nuestra vida”.